
Estoy encerrada en una caja de metal, no muy grande. Puedo pasearme en cualquier dirección, pero no mide demasiados pasos. Si me arqueo, mi cola roza el techo. Sé que es de metal porque he chupado cada pared y sabe a metal. A continuación me he lamido las patas, porque me pareció que estaban sucias. Mis ojos no atrapan ni un mísero haz de claridad que pueda aprovechar para hacerme una idea mejor del entorno. No sé qué hago aquí, ni cómo he llegado. Tampoco sé cómo salir. Todo está negro, no veo nada, no huelo nada. Bueno, esto no es del todo exacto.
Hay un artefacto colgado en una de las paredes de la caja, que despide un leve olor a metal y también a madera (¿un martillo, tal vez?), lo he tocado con la pata y parece que hay una cuerda que lo sujeta, cosa que no me gusta en absoluto, aunque la cuerda está tensa y eso es buena señal, la tensión es mi amiga; también he encontrado algo de cristal, en el suelo, bajo el martillo; sé que es de cristal porque lo he lamido y sabe como el cristal; también sé que las cosas de cristal se rompen con facilidad y que cuando esto sucede se vuelven peligrosas, así que mejor no tocarla más. Por último, hay una cajita en la pared, junto al ¿martillo? muy pequeña. También es de metal. También la he lamido. Todo aquí parece muy resistente salvo la cosa de cristal. Esa cajita en especial me da más mala espina que una sardina vieja, pero no sé por qué. He decidido que es mejor no estar cerca. No me gusta. Es algo siniestra.
No tengo conciencia ni manera de saber el tiempo que llevo aquí encerrada, así que no sé si han transcurrido unos pocos segundos o llevo varios días sin poder salir. Bueno, entiendo que días no serán porque si no tendría un arenero en alguna parte y aquí no hay nada de eso. Así que voy a suponer que debo llevar aquí atrapada entre unos segundos y un par de horas, no más. Si llevara más tiempo, alguien me habría puesto agua, al menos. No sé, esto tiene pinta de ser un juego o algún loco experimento de adultos. Espero que sea de adultos porque si es cosa de unos niños, el tema puede acabar muy mal. Esas pequeñas criaturas malignas no son de fiar, siempre están tratando de buscarme los tres pies.
En fin, por ahora me armaré de paciencia y esperaré acontecimientos, aunque la paciencia no es mi mayor virtud. Sólo espero que no tarden mucho en sacarme, porque como se eternicen ya no sabré si me encuentro viva o muerta…